sábado, 17 de marzo de 2012
Tucumán rinde homenaje a Chacho
Hay realmente algo más tucumano, gastronómicamente hablando, que el sándwich de milanesa? Es difícil resistirse a una milanga; seduce a hombre y a mujeres; a grandes y a chicos; a ricos y a pobres (hasta Joaquín Sabina pidió una cuando estuvo hace 10 días en Tucumán).
Los tuceños, como alguna vez se autodesignaron nuestros comprovincianos que se instalaron en Buenos Aires, las añoran y hablan de ellas con tanta nostalgia que, cuando vuelven, acompañados por sus amigos porteños, nacen nuevos "adictos". Y hasta adoptan la conocida frase: "che, primó, ¿vamo a hacé un Chacho...?"
Toda una institución
Uno de los nombres que permanece -y todo indica que permanecerá- indisolublemente "pegado" a la milanga es el de "Chacho" (que se llamaba José Norberto Leguizamón, pero... nada: será por siempre nuestro "Chacho").Desde 1972 hasta su muerte, el 18 de marzo de 2010, "Chacho" y su esposa, Estela Eccli, produjeron en el punto donde la capital y Yerba Buena se encuentran, casi a la sombra de El Cristo, sándwiches de milanesa realmente memorables.
Su propio día
En su honor, y por iniciativa del programa de TV República del Tucumán, se instituyó el Día Provincial del Sándwich de Milanesa. La idea generó polémica y no alcanzó debate en la Cámara, pero los tucumanos han decidido que las verdaderas normas las impone el pueblo. Por eso, hoy y mañana, gran "Expo Milanga" gran: 15 locales de la capital ofrecerán descuentos a sus clientes.
Además, mañana, día del aniversario de la partida de "Chacho", se colocará -provisoriamente- en Mate de Luna y Pellegrini, el primer monumento al Sándwich de Milanesa (foto), obra del tucumano Sandro Pereira: un gordo gigante, completamente blanco, que contrasta con el colorido sándwich de milanesa que tiene en las manos. La escultura está hecha con resina poliéster y pintura epoxi, y mide unos dos metros. Fue vendida en ArteBa por 10.000 dólares.
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