domingo, 3 de octubre de 2010

Un año sin Mercedes Sosa


La voz potente y profunda de Mercedes Sosa aún late con fuerza en el corazón de la canción popular latinoamericana. Este lunes se cumplirá el primer aniversario de su muerte.
El legado que dejó al fallecer, a los 74 años, es inabarcable y aún recoge frutos como los Grammys Latinos póstumos y las varias nominaciones para los premios Gardel 2010 de la música argentina por sus últimas producciones Cantora y Cantora 2.
Se adueñó de temas clásicos que hoy remiten indefectiblemente a ella, como Gracias a la vida, de Violeta Parra; Canción con todos, de Armando Tejada Gómez y César Isella; Yo vengo a ofrecer mi corazón, de Fito Páez, o Alfonsina y el mar, de Ariel Ramírez y Félix Luna.
Mercedes Sosa nació el 9 de julio de 1935 en un hogar humilde de San Miguel de Tucumán.
Se casó con el músico Oscar Matus, con quien tuvo a su único hijo Fabián e integró la corriente renovadora del folclore Nuevo Cancionero.
En 1965 debutó en el festival folclórico de Cosquín, en Córdoba, y desde entonces dedicó su vida a recorrer escenarios del mundo.
Su simpatía ideológica por la izquierda y su activa vida política la llevaron al exilio en París y Madrid durante la última dictadura militar en Argentina (1976-1983).
Regresó en 1982 y se convirtió en símbolo de la lucha por la libertad y el compromiso social y político. Sus discos Será posible el sur, Yo vengo a ofrecer mi corazón y Corazón americano fueron éxitos y la encumbraron en la cima de la canción latinoamericana.
La presidenta Cristina Fernández de Kirchner anunció la creación de una fundación con el nombre de la cantante "para recordarla y a los valores popular y político que encarnó".

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