La cripta de San Juan Bosco es uno de los espacios más originales de la ciudad.

Desde el año pasado se encuentra abierta como espacio de arte y actividades culturales una cripta que en un principio fue ideada como iglesia subterránea dedicada a San Juan Bosco. La construcción se había iniciado en 1948; años más tarde, tuvo que ser abandonada debido a la inundación de sus naves provocada por napas freáticas que atraviesan la zona donde está ubicada. Así, manteniendo un nivel de dos metros de agua, estuvo clausurada por casi 40 años. Bajo la denominación de "Espacio Cripta", este lugar se aboca actualmente a la gestación de proyectos artísticos contemporáneos. Se destaca la arquitectura del edificio: el estilo arquitectónico elegido reinterpreta elementos del Románico Italiano del 1200, como columnas cilíndricas talladas en pequeños sillares con capiteles. La iglesia, como la primitiva basílica cristiana, orienta sus naves de este a oeste. La iluminación del espacio interior no tiene norma fija; la luz, en esta tipología particular, entra por las ventanas ubicadas en la porción superior de las naves, dándole un carácter de penumbras y silencio, característico de las criptas protocristianas.