domingo, 28 de marzo de 2010

La experiencia de volar sobre Tucumán. El parapentismo es un deporte, una aventura


A sólo 29 kilómetros de la capital tucumana, sobre el cerro San Javier, volar es posible. Correr a toda velocidad y con fuerza e impulsarse al aire dejando atrás la montaña, abriendo las brisas de las yungas, materializa el sueño. Al principio, un temor particular y la incertidumbre se apoderan de la mente y el cuerpo del viajero. Crece cuando, sobre el verde césped, se abren las velas y se puede divisar unas correas muy finitas que en instantes lo sostendrán en el aire. Los instructores y los pilotos bromean y se ríen despreocupadamente mientras preparan el vuelo. El temor de precipitarse al vacío se hace presente mientras ponen los arneses y seguros... pasan muchas cosas por la cabeza, pero llegó el momento.
Luego de recorrer un trecho corriendo se empieza a sentir como la vela se llena de aire y opone resistencia. La adrenalina recorre cada extremidad. De golpe, no se siente más la tierra debajo de los pies y el paisaje se abre en su inmensidad. Las emociones traslucen de muchas maneras, para algunos son gritos, unos ríen y otros, simplemente, se mantienen en silencio mientras el viento les golpea el rostro.

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