domingo, 25 de octubre de 2009

Hoy cumple 25 años el centro cultural, Eugenio Flavio Virla




La cultura y el arte tucumanos estarán de festejo mañana: el Centro Cultural Virla, de la Universidad Nacional de Tucumán, cumple sus bodas de plata. Habrá una serie de actividades para celebrar el acontecimiento. . Se pidieron opiniones a hombres y mujeres del arte y del espectáculo y se entrevistó a ex directores que dejaron su impronta en la vida de la institución.
Josefina Alonso de Andújar tuvo una extensa trayectoria al frente del Virla, ya que fue directora entre 1991 y 2007. "En ese período pasé más tiempo en el Centro Cultural que en mi casa, pero lo hice con toda mi pasión y ganas de trabajar por la cultura. Eran otras épocas; había una sola computadora y no existía personal especializado. Hoy la tecnología ayuda mucho", expresó. "Se hicieron cosas muy importantes. Muestras de plástica con artistas importantes como Carlos Alonso, Pérez Celis, Felipe Noé, Nora Correa, Juan Doffo, Mireya Baglietto, Josefina Robirosa. En esa época se podía traer muestras importantes porque no se exigía asegurar los cuadros; hoy los seguros se hacen en dólares y son carísimos", indicó. También destacó las muestras en homenaje a artistas tucumanos como Lobo de la Vega, Linares, Timoteo Navarro, entre otros, y los supermercados del arte que tenían tres semanas de duración.
"Nunca se hicieron las cosas con la intención de ganar plata, sino en apoyo de los artistas. Hubo también jornadas para apoyar a nuestros músicos. En el Virla cantaron y actuaron Mercedes Sosa, China Zorrilla, Susana Rinaldi, Rodolfo Mederos, Soledad Silveyra, Rubén Juárez, Víctor Laplace (lo acompañaron actores locales). Y recuerdo una muestra sobre Julio Bocca (los trajes con los que actuó y espectáculos de danza). Y también las visitas de escritores como Félix Luna, Adolfo Bioy Casares y María Kodama", agrega Josefina. "Las cosas cambian; cambió el país, la provincia y la mirada sobre la cultura. Cada director tiene una política diferente", dice con nostalgia. Y asegura que su trabajo era vertiginoso e incluía los fines de semana. Recuerda publicaciones como Informarte y La Agenda Cultural del Virla: "todo hecho a pulmón porque no había tecnología". Y dedicó un párrafo para los artistas: "tienen una sensibilidad especial. A pesar de ser experimentados, plásticos, actores y músicos se ponían nerviosos antes de ofrecer su arte. Y ahí era cuando estábamos nosotros con la mejor predisposición y la palabra de aliento", evoca.
Otra voz autorizada es la de Teresita Bernasconi, quien se hizo cargo del Virla tras el advenimiento de la democracia. "Luego de esos oscuros años de la dictadura, se pensó en que la universidad debía proyectarse hacia los artistas y la comunidad", indicó. "Se implementó el mes de cada Facultad. Por ejemplo, Medicina disponía de las galerías para lo académico, pero también para otras inquietudes. Además, la exposición de un pintor o de cualquier otro artista debía estar autorizada por el consejo asesor, o sea que no dependía de las autoridades del Centro", continuó. Otro logro que destacó fue la creación del EPAM, Educación para Adultos Mayores. "Me inspiró una mujer de casi 80 años que tenía mucha vitalidad. No lo vi como algo para que los adultos maten el tiempo sino para que generen cambios. Y para que las mujeres se sientan partícipes de la política y conozcan sus derechos"


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