viernes, 20 de noviembre de 2009

Las Ruinas de Quilmes


En sus tiempos de fulgor, en el año 800 D.C, la comunidad de Quilmes estuvo formada por alrededor de 8.000 personas, distribuidas en viviendas de piedra y de adobe. En la parte central residían los chamanes (una suerte de sacerdote comunitario) y en los laterales todavía se vislumbran las terrazas de cultivos, donde se sembraban las semillas que luego se utilizarían para preparar los alimentos, según cuenta Zulema Marcial, una de las guías que acompaña a los visitantes. Ella es una más de los cientos de descendientes aborígenes que, ahora, se reparten las tareas cotidianas para resguardar el patrimonio que legaron de sus ancestros. Actualmente, la Comunidad India Quilmes (CIQ) está constituida por 14 pueblos, gobernados por un cacique (Francisco Chaile) y el consejo de delegados, que le rinden culto a la Pachamama y se definen como integrantes de la Nación Diaguita.Durante la subida puede hallarse en la terraza principal una muralla adornada con figuras de piedras blancas que representan a la serpiente y a la llama, entre otras figuras iconográficas de sus costumbres. Las ruinas cuentan con dos fortalezas (miradores) erigidas en puntos estratégicos, ubicados en los extremos de la montaña. Hasta allí suben los niños y los adultos, con paciencia y mucho respeto por la montaña. En la mitad del trayecto es posible cruzarse con grupos de jóvenes que, a la sombra de un cardón, comparten el mate a la espera del atardecer.

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