miércoles, 22 de julio de 2009

En los últimos días el cerro y la ciudad no se ven en las fotos




El aire está sucio de polvo, humo y hollín de los ingenios y de la quema de cañaverales. La situación se repite todos los años entre mayo y octubre. No se prevén lluvias, que es lo único que limpiaría la atmósfera
Año a año, a partir de mayo y hasta octubre, el aire tucumano se vuelve irrespirable. El clima ingresa en su estación seca, lo que genera una considerable cantidad de polvo en suspenso. Pero mayor es el impacto de la zafra azucarera.Las partículas contaminantes consisten en el hollín de las chimeneas de los ingenios azucareros, debido a que no todas las fábricas han terminado de instalar los filtros que exige la ley, y en la carbonilla que emana de la quema de rastrojos, de caña en pie y de pastizales en los campos. Estas prácticas están prohibidas, pero el Gobierno aún no ha logrado erradicarlas.La única solución sería una lluvia salvadora que lave el ambiente, pero es una posibilidad lejana. "Estaba a punto de llover estos días (ayer u hoy), pero las precipitaciones se esfumaron a causa del viento Zonda, que está soplando en altura", informó el director del Laboratorio Meteorológico Sudamericano, Juan Minetti. El experto explicó que el Zonda es un viento descendente que impide que los contaminantes que se encuentran cerca de la superficie del suelo se difundan subiendo, de manera que todas las partículas quedan suspendidas a baja altura.La polución, que restringe la visibilidad y provoca afecciones respiratorias y en la piel, también desdibuja el paisaje. Los cerros no se ven desde la ciudad. Y a la inversa, desde San Javier o Villa Nougués, no se percibe la magnitud del Gran San Miguel.

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