miércoles, 15 de julio de 2009

Gobernar tiene tristezas y alegrías


Las confidencias de Marcos Paz a Juan María Gutiérrez, en 1858-59.
El coronel-doctor Marcos Paz fue gobernador de Tucumán de 1858 a 1860, en un mandato que ha quedado en la historia como especialmente progresista. En las cartas de Paz a su amigo porteño Juan María Gutiérrez -publicadas en el archivo de este- hay francos testimonios sobre sus diversos estados de ánimo.
El 28 de junio de 1858, se declaraba satisfecho porque, decía, "Tucumán está en plena paz" y "la fusión y el olvido marchan rápidamente", como lo revelaba el hecho de que "todos los partidos se han plegado al Gobierno, y como éste se mantiene arriba de todos sin decidirse por ninguno, parece que todos quisieran ponerse bien con él". Pero al año siguiente, su espíritu no estaba igual. En una carta del 4 de febrero de 1859, afirmaba que "he hecho un inmenso sacrificio en admitir este gobierno, pero nada me causa tanto disgusto como ver hombres que consideraba de pro someterse y aplaudir las picardías de Derqui". Se refería a Santiago Derqui, presidente entonces de la Confederación. Aseguraba que "deseo volver a la vida oscura que llevé en tiempos de Rosas. Deseo soterrarme en el campo donde he vivido ignorado como doce años. Cuando no hay elementos, nada se puede hacer por la patria. Toda la constancia de un hombre solo, sin eco, es inútil. Todo está en peligro".
Pero no todo eran tristezas para Paz durante su gestión en Tucumán. Semanas después (el 28 de marzo) iba una nueva carta. En ella, entre otras cosas, brindaba a Gutiérrez una crónica de su participación en el reciente carnaval. "Después de tantos años que llevo de viejo, tuve que salir a jugar, acompañado de una gran comitiva", narraba. "¿Qué querés? Es preciso seguir las costumbres de los pueblos, mucho más de aquellos pueblos que se gobiernan con instituciones libres y cuyas simpatías es preciso conquistar. Dicen que me he hecho muy popular porque salí a caballo y tiré algunos huevos cargados con agua, y además dirigí a las bellas algunos puñados de almidón, que es como aquí se juega".

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