La Ordenanza del Concejo Deliberante del año 1909 autorizaba a construir un Teatro con todos los adelantos que la ciencia moderna exige, destinado a la representación de óperas serias, operetas, zarzuelas, comedias, pantomimas, circo ecuestre, etc.". Así nació este edificio cuyos planos se realizaron en el Estudio Candie de Rosario de Santa Fe, construido por Nicolás Ferraro y encargándose al escultor Juan Bautista Finocchiaro, las figuras que decoran el tope de las cornisas.
La obra cubre 3.260 metros cuadrados distribuidos en seis niveles, un sótano y cinco plantas. El tratamiento por fuera de piedra París, lo inscribe en el estilo académico francés con toques italianizantes por las balaustradas de los balcones.
Por dentro, mampostería y estructura metálica de perfiles normalizados, palcos volados, columnas con canelas y una sobria decoración barroca, lo inclinan hacia los teatros líricos holandeses o ingleses de fin de siglo.
En este teatro se oyeron las voces de Tita Ruffo, Luis Sagi Vela, Tito Schipa. Aquí se representó La Boheme de Puccini, Cavallería Rusticana, Il Pagliacci. Saludaron desde el escenario don Jacinto Benavente, Belisario Roldán. Bailó Carmen Amaya, actuaron María Barrientos, Margarita Xirgu, Blanca Podestá, Angelina Pagano, Lola Membrives. Hicieron reír FIorencio Parravicini, Pepe Arias, Luis Sandrini; conmovieron Enrique Muiño, Francisco Petrone, Alfredo Alcón, Norma Aleandro, Eduardo "Tato" Pavlovsky, Lito Cruz, etc.
En la escritura pública número 664 del 10 de Octubre de 1961, se lee "El ingeniero Eugenio Flavio Virla, en nombre y representación de la Universidad Nacional de Tucumán, compra a los señores José y Sergio Siderman, por la suma de 3.500.000 pesos, un inmueble (Teatro Alberdi), ubicado en calle Crisóstomo Álvarez esquina Jujuy, ángulo Nord-Este compuesto por 33 metros, 50 centímetros por calle Crisóstomo. Álvarez y 43 metros por calle Jujuy ", agregando "en el precio de venta convenido se incluye la totalidad de las butacas, sillas, utilería, muebles, araña y accesorios y demás bienes existentes en el inmueble".
Esta compra de la Universidad Nacional de Tucumán, ese acto de rescatar de la destrucción por descuido y abandono el nombre edificio de los hermanos Filandro y Miguel Genovessi es inaugurado en 1912, y constituyó un ejemplo de madurez cultural, porque significó salvar para la ciudad de Tucumán una hermosa obra arquitectónica y abrir desde ella una ventana para el arte y la imaginación.
Pero recién en 1967, después de un largo tiempo de litigios, que la Universidad puede disponer, por fin, del Teatro Alberdi.
Tras un esfuerzo de muchos años, el 24 de Mayo de 1989 como homenaje al 52º Aniversario de la Fundación de la Universidad, el Rector Rodolfo Campero abrió las puertas del teatro. Desde esa noche el teatro ha vuelto a funcionar.
La obra cubre 3.260 metros cuadrados distribuidos en seis niveles, un sótano y cinco plantas. El tratamiento por fuera de piedra París, lo inscribe en el estilo académico francés con toques italianizantes por las balaustradas de los balcones.
Por dentro, mampostería y estructura metálica de perfiles normalizados, palcos volados, columnas con canelas y una sobria decoración barroca, lo inclinan hacia los teatros líricos holandeses o ingleses de fin de siglo.
En este teatro se oyeron las voces de Tita Ruffo, Luis Sagi Vela, Tito Schipa. Aquí se representó La Boheme de Puccini, Cavallería Rusticana, Il Pagliacci. Saludaron desde el escenario don Jacinto Benavente, Belisario Roldán. Bailó Carmen Amaya, actuaron María Barrientos, Margarita Xirgu, Blanca Podestá, Angelina Pagano, Lola Membrives. Hicieron reír FIorencio Parravicini, Pepe Arias, Luis Sandrini; conmovieron Enrique Muiño, Francisco Petrone, Alfredo Alcón, Norma Aleandro, Eduardo "Tato" Pavlovsky, Lito Cruz, etc.
En la escritura pública número 664 del 10 de Octubre de 1961, se lee "El ingeniero Eugenio Flavio Virla, en nombre y representación de la Universidad Nacional de Tucumán, compra a los señores José y Sergio Siderman, por la suma de 3.500.000 pesos, un inmueble (Teatro Alberdi), ubicado en calle Crisóstomo Álvarez esquina Jujuy, ángulo Nord-Este compuesto por 33 metros, 50 centímetros por calle Crisóstomo. Álvarez y 43 metros por calle Jujuy ", agregando "en el precio de venta convenido se incluye la totalidad de las butacas, sillas, utilería, muebles, araña y accesorios y demás bienes existentes en el inmueble".
Esta compra de la Universidad Nacional de Tucumán, ese acto de rescatar de la destrucción por descuido y abandono el nombre edificio de los hermanos Filandro y Miguel Genovessi es inaugurado en 1912, y constituyó un ejemplo de madurez cultural, porque significó salvar para la ciudad de Tucumán una hermosa obra arquitectónica y abrir desde ella una ventana para el arte y la imaginación.
Pero recién en 1967, después de un largo tiempo de litigios, que la Universidad puede disponer, por fin, del Teatro Alberdi.
Tras un esfuerzo de muchos años, el 24 de Mayo de 1989 como homenaje al 52º Aniversario de la Fundación de la Universidad, el Rector Rodolfo Campero abrió las puertas del teatro. Desde esa noche el teatro ha vuelto a funcionar.
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