sábado, 11 de julio de 2009

Gigantes escondidos entre la vegetación


A pocos kilómetros de la capital se encuentra un lugar increíble para los que aman el cerro: el sendero del funicular. Partiendo desde Horco Molle es posible recorrer un sendero, algo complicado, que acompaña un tendido de poco más de tres kilómetros de rieles y de cañerías del otrora ambicioso proyecto, iniciado en 1948. Estaba pensado para unir dos cascos universitarios ubicados en Horco Molle y San Javier mediante un tren eléctrico. Existieron intentos de reflotar este emprendimiento, inclusive uno reciente para el que fue contratado un experto de renombre en transportes de cable. El principal atractivo de ese recorrido reside en una serie de puentes que iban a permitir sortear varias quebradas. Los puentes son seis, pero al primero normalmente no se lo ve porque está totalmente tapado por la vegetación.En estos días, la senda se transformó en uno de los recorridos predilectos de los competidores de carreras de aventura que buscan entrenar en un terreno con cierta complejidad técnica. La trepada, que se realiza en un marco inmejorable, facilita como un excelente entrenamiento cardiovascular y de fortalecimiento del tren inferior.Tiene desniveles pronunciados y un suelo arcilloso cubierto por unmanto de ramas secas, es muy importante fijarse bien donde se pisa.La elevada humedad de la zona y el paso del tiempo muestran su efecto sobre las estructuras de hierro y hormigón que conforman los puentes, que están cubiertas por musgos, moho y por la vegetación del lugar en ciertos tramos. Los pocos peldaños de madera restantes se convirtieron en resbalosos muestrarios de hongos y de algas. Asimismo, a lo largo del recorrido se pueden observar cámaras con tuberías, desagües y restos de la maquinaria utilizada durante la construcción del tendido.El último puente se presenta como el exponente máximo de la complejidad que presenta un proyecto de este tipo en un terreno tan inestable. El pilote central, cedió ante el peso de la estructura y por la escasa firmeza del suelo, y quedaron dispersos por el perímetro rieles y vigas.El ingreso a los senderos tiene un costo de $ 2 y el cruce por los puentes se encuentra prohibido debido al estado de las estructuras. De todas formas, es posible recorrer una senda paralela al tendido con todos los ingredientes necesarios para amantes de la aventura. Se finaliza en la Ciudad Universitaria abandonada, ubicada en San Javier, luego de unas dos horas de caminata.













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